Cuándo tomar decisiones

Cuándo tomar decisiones

Nuestra historia y contexto han incidido en cómo somos. Pero si creemos que somos solo eso, nos dominaría una visión de locus externo (no tener control sobre lo que nos pasa). Aunque también somos producto de nuestras condiciones y circunstancia, también somos producto de decisiones que tomamos.

Por eso es importante aprender a tomar decisiones, especialmente las importantes. Pero, ¿Qué es una decisión importante? Podemos ubicar las decisiones en algún punto de estos cuatro extremos:

  1. Decisiones Reversibles y Sin consecuencias
  2. Decisiones Irreversibles y Sin consecuencias
  3. Decisiones Reversibles y Con muchas consecuencias
  4. Decisiones Irreversibles y Con muchas consecuencias

Cuando estás frente a una decisiones del cuarto tipo es cuando te lo tienes que tomar más en serio.

En este caso lo más sano es tomar tiempo y distancia para decidir. Aquí quieres evitar el peor escenario posible y es cuando, por el contrario, quiere tener la mayor cantidad de alternativas posibles antes de comprometer un montón de recursos y energía en una vía de acción. Por eso quieres investigar, pensar, diseñar e imaginar caminos posibles.

Además, es aconsejable dividir esta Gran Decisión en decisiones más pequeñas, más irreversibles y con menos consecuencias.

Pero tampoco puedes aplazar indefinidamente una decisión. Hacerlo es mala idea. Por eso te comparto tres momentos donde hay que dejar de pensar y pasa a la acción:

  1. Cuando ya no puedo recabar más información valiosa. Ya googleaste todo lo que podías; analizaste los datos; pediste consejo a personas que saben más que tú del tema; empezaste a encontrar la misma información en diferentes fuentes.
  2. Durante tu proceso de investigación, análisis, reflexión, conversaciones y… ¡YA! Conseguiste información clave y valiosa, que te aclara cómo actuar. Hay un punto en el que todo te dice que ya sabes como seguir. Es momento de pasar a la acción.
  3. Cuándo perdiste la primera oportunidad. En algún punto, y por aún no haber decidido como actuar, dejas pasar una oportunidad. Se te “pasó la libere” y si sigues indeciso te volverá a pasar.