¿Está bien trabajar desde nuestra casa?

¿Está bien trabajar desde nuestra casa?

Hace poco el video de un hombre que desde Corea del Sur realizaba una entrevista de manera remota para la BBC dio la vuelta al mundo. Pero esta “noticia viral” no trascendió precisamente por su contenido (al menos no por lo que dijo el entrevistado), sino más bien por un hecho fortuito que captó la atención de millones de telespectadores.

Robert Kelly, académico experto en temas políticos, discutía sobre la destitución de la presidenta Park Geun-hye, en una transmisión que hacía mediante videoconferencia desde su casa, cuando de improviso una niña entra a la habitación de manera ruidosa.

La escena se vuelve muy graciosa al ingresar otro niño en un andador, lo que descoloca a Kelly, quien intenta retirar sin éxito a los pequeños tratando de mantener la compostura, evidentemente nervioso. Pero el asunto no queda ahí, ya que detrás de los niños ingresa velozmente una mujer, quien sería la madre de ellos y Kelly comienza a repetir “Lo siento, lo siento”.

Si bien el hecho no pasa de una simple anécdota, para muchos se convirtió en un punto álgido de debate, ya que con esto se comienza a cuestionar qué tan eficiente es trabajar desde casa y qué tan graves pueden ser los eventuales problemas que esto implica.

En posts anteriores, hemos hablado sobre las interrupciones en el trabajo cuando somos independientes y optamos por desenvolvernos de manera remota.

Justamente uno de nuestros principales obstáculos detectados era lidiar con la familia y los hijos.

Pero también sabemos que existen varias formas de evitar que situaciones como estas ocurran, como por ejemplo, organizar tus tiempos, procurar un espacio de trabajo tranquilo donde puedas entablar reuniones o dedicarte a procesos creativos, avisar en casa que tendrás una reunión importante y no quieres ser molestado, pero sobre todo: entender que el trabajo remoto es también una filosofía de vida que tanto tú, como tu círculo y quienes trabajan contigo deben comprender.

Que tus hijos interrumpan una reunión no es grave. No llegar a una reunión sin previo aviso sí lo es.

Si debes realizar una videoconferencia y sabes que habrá ruido de fondo, busca un lugar más tranquilo.

Si por alguna razón un niño irrumpe corriendo durante tu reunión, tómalo con naturalidad y continúa con lo que estás haciendo.

Pero ¿es legítima la preocupación e incomodidad de Robert Kelly?

Si y no.

Entendiendo que todos tenemos distintos niveles de ansiedad y stress frente a las situaciones laborales y que además el tema de la entrevista no era algo sencillo de tratar, es comprensible que la interrupción de golpe haya significado para el académico un balde de agua fría.

No obstante, quienes trabajamos fuera de la oficina debemos adaptarnos a este y otro tipo de imprevistos.

Los límites los ponemos nosotros mismos y en ese sentido nos basta con ser ordenados y organizar bien cada actividad que emprendamos. Si comprendemos que nuestro trabajo y lo que nos apasiona se encuentra en nuestras cabezas y no en el lugar donde estemos, podremos asumir la inmensa libertad que implica sentarse en un escritorio o en la cima del Everest a cumplir nuestros objetivos.

Caminemos sin miedo en un mundo habitado por personas que aman lo que hacen y no están ancladas a nada.