Usa palabras clave, asegúrate de que el título suene bien, sea fácil de entender y pronunciar. Esto recomendará tu trabajo, lo hará más memorable y atraerá a nuevas personas.
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Al crear algo, puede que empieces por su título o su nombre, ya que en cierta medida es el centro de lo que quieres decir o hacer. Sin embargo, probablemente te ha pasado que al ir avanzando en su desarrollo, te das cuenta de que el título o el nombre debería ser otro.
Por eso te compartimos algunos consejos tomados de David Kadavy sobre cómo elegir un buen título. Un buen título implica pensar:
- ¿Qué palabras clave usaría una persona que esté buscando aprender sobre ese tema?
- ¿El título generará ganas de recomendar tu trabajo?
- ¿Es el título fácil de entender y pronunciar?
- ¿El título suena bien? ¿Tiene un ritmo agradable que fluye fácilmente al hablar?
- ¿Puedes jugar con los significados secundarios de las palabras en el título?
- ¿El título trae imágenes en favor o en perjuicio de lo que quieres transmitir?
Veamos algunos ejemplos de estos fenómenos en acción:
“Deep Work” pasa la prueba de “contar lo que estoy leyendo en la comida con amigos”. Suena bien decir que estás usando técnicas para hacer “Deep Work” (trabajo profundo y que no funciona muy bien en español). Se siente bien y por eso hay espacios donde se hizo conocido hablar de “Deep Work”. Un título alternativo pudo ser “La importancia de la concentración”, pero eso no es pegajoso.
El libro “Play it Away” habla sobre cómo curar la ansiedad. Su autor, Charlie Hoehr, dijo que no quería la palabra “ansiedad” en el título porque hace que las personas sean menos propensas a decirle a un amigo que lo están leyendo. Pero luego, si buscan libros sobre ansiedad (una actividad más privada) pueden encontrarlo, porque la palabra está en el subtítulo: “A Workaholic’s Cure for Anxiety”.
El título perfecto no existe, pero se va revelando mientras más desarrollas tu trabajo.